Esta semana entramos en la recta final de nuestra Presentación. Programación, diseño, ensayos, guiones, discursos, escenarios, trabajo y mil pequeños detalles van forjando un todo, que volverá a verse plasmado en nuestra Plaza Manila.
Parece que es algo fácil conseguir que todo ello confluya en un acto plásticamente perfecto, pero no es así. Cada niño de nuestra Hoguera, cada comisionada y cada comisionado joven y adulto, pone su mejor saber para atender y ofrecer a las autoridades, entidades, familiares y personas que nos visitan lo mejor de nosotros.
Cada gesto, cada paso de baile, cada momento de duda entre bambalinas, cada sonrisa a esa mantilla que llega tarde, cansada y hay que sentar, es hecho con ilusión y esmero y dice de nosotros qué somos y como hemos llegado aquí.
Parece que en ciertos momentos todo se desmorona, pero no es así. Sabéis que en nuestra Hoguera siempre trabajamos al filo del crecimiento, al borde del caos, y eso es precisamente lo que nos distingue. Esa es nuestra identidad, nuestro emblema no escrito.
Damos lo mejor de cada uno y eso es lo que nos transporta por unos minutos a otra dimensión. Somos el presente de la Hoguera Sagrada Familia, pero también estamos haciendo historia.
No olvidarlo.
Francisco Rodríguez
(Comisionado de la Hoguera Sagrada Familia)